Al Stewart en el SoHo Café de Santa Bárbara, CA
Jueves 23 de Marzo del 2006, 8:00 PM
El haber conversado con Al Stewart en el intermedio de su presentación en el SoHo café fue como uno de esos sueños recurrentes que suelo tener en el cual entrevisto a uno de esos cantantes que he escuchado por tanto tiempo a través de los altavoces y que se vuelven amigos personales. Amigos como él nos dan clases de inglés, de historia universal, de filosofía, de metafísica y de literatura, por supuesto. He escuchado el álbum
Year Of The Cat (Arista, 1976) desde que tenía 5 años, y Al me ha visitado con sus fantásticas historias para ir a dormir desde aquel entonces. La mayoría de sus canciones nos llevan a lugares y momentos de la historia que todos parecen haber olvidado, con excepción de él. “Runnin’ Man” es la historia de un fugitivo que fue miembro del partido Nazi y que se esconde en Sudamérica; “Lord Grenville” es la epopeya del almirante británico Richard Grenville, abatido por la flota naval española en un feroz combate de 1591; “Flying Sorcery” nos lleva a los primeros años de la aviación británica y sus héroes, como la piloto Amy Johnson. Como decíamos, un álbum de Al Stewart es una perfecta lección de historia en donde sus personajes se identifican con nuestros propios avatares, tribulaciones y alegrías. Al Stewart es una mezcla de profesor de escuela secundaria con poeta urbano. Al Stewart nació en 1945 en Glasgow, Escocia, y empezó como un cantante folk en 1967, emulando a su ídolo Dylan, y fue exactamente así como lo encontré el jueves 23 de Marzo en el SoHo Café de Santa Bárbara, a treinta años después de su corto dominio de las listas de Estados Unidos e Inglaterra. Alan Parsons empezó a trabajar con él y a brindarle pianos y guitarras eléctricas a su guitarra de palo en el álbum
Modern Times (Arista, 1975.) Un año después, se lanza la que sería su obra maestra junto a Parsons en la producción y Peter Wood en el piano: Year Of The Cat. En el disco, Al personalmente se introduce en sus propia narrativa histórica al ponerse pico a pico con Humprey Bogart y Peter Lorree en “Year Of The Cat,” canción basada en la pasión de una ex novia suya por la astrología vietnamita (el Año del Gato es el Año de la Liebre en el calendario Chino) en la cual el protagonista se encuentra hechizado por la mística de la susodicha. Aunque al principio esta canción nos hizo suponer que Al narraba el fin de la guerra de Vietnam, esta idea fue negada por el propio Stewart durante una entrevista por teléfono.
La canción del gato fue su mayor éxito y la casa disquera quiso repetir el plato con el LP Time Passages (Arista, 1978,) obligándolo a escribir canciones-fantasía para la exhibición del saxofonista Phil McKenzie (el mismo que ejecutó el brillante solo en “Cat.”) Aunque Al escribió “Time Passages” y “Song On The Radio” bajo presión, sin mucha inspiración y bajo el mismo ojo clínico de Parsons y la chequera de Arista Records, éstas canciones pusieron a Al en la categoría de mega estrella del soft rock de los setentas.
Dave Nachmanoff tocó la guitarra acústica con él, ejecutando cada solo a la perfección, sin fallar una sola nota. Él fue quien convirtió los éxitos eléctricos grabados en los setentas en baladas acústicas que llenaron de magia el ambiente del SoHo, a lleno completo de gente que en su mayoría bordeaba los cincuenta y tantos años. Poesía del tipo del señor Stewart es multigeneracional, de todas maneras.
En 1995 Al Stewart lanzó el álbum
Between The Wars, un álbum conceptual sobre los locos años veinte en Europa entre la primera y Segunda guerra mundial (curiosamente, el álbum fue lanzado también “entre las guerras” del Golfo Pérsico e Irak.) Stewart presentó en este disco lo que sería su nueva –y vieja- modalidad de performance: acústica, relajada, sabia y por sobre todo entretenida. La canción “Night Train To Munich” del
Wars, engloba el estilo
actual de Al Stewart: un tributo al estilo guitarrero de Django Reinhardt con una fuerza narrativa y literaria impresionante. Al Stewart, a los sesenta, toca del mismo modo que lo hacía en los sesentas. Su mente no ha envejecido ni un ápice, porque siempre ha estado cantando canciones atemporales.
Después del show Al firmó autógrafos y conversó con la audiencia, se alegró de que una niña de 11 años le diga que lo admira desde que era una bebé y le recite el personal que tocó con él en Year Of The Cat y, claro está, se asombró del legado que está dejando en la música popular. Según Al, aquella admiración de aquella niña no puede ser fingida.
Al Stewart va a estar de gira por todo el 2006, incluyendo Inglaterra, Irlanda, Alemania y Holanda. A sus 60 años, jamás ha estado viajando tanto, ni en los años dorados de Arista Records. Valió la pena ir hasta Santa Bárbara para verlo y enterarnos que el 2007 nos estará visitando en el Área de la Bahía y descubrir que mi admiración tampoco es fingida al viajar tantas millas sólo para verlo.
Official CacaoRock Review:
English underrater songwriter, just as Gilbert O'Sullivan. A magician with a guitar who suddenly decided to go "electric" (a-la Bob Dylan). Al Stewart produced in the mid seventies amazing and sweet mellow sounds that you can still listen on Adult Oriented radio. You get "Time Passages", "Song on the Radio" and "Running Man". But these three great songs appeared after his greatest work with producer and mastermind Alan Parsons. The album was called Year of the Cat and the song title made him famous all around the world.
College students of the time actually danced the song in parties. It was a story of love. Filled with mistery, clues, double meanings and references to movies you have to had seen, "Year of the Cat" surrounds us and makes us feel like we're reading a book. The story is interesting: the mistery woman grabs the troubadour for a one-night stand with inciense and patchouli aromas, and he discovers on the day after that he has to stay with her, even if the passion and the catwoman seduction is gone. The narration is splendid, goes with a haunting piano riff by Peter Wood -he wrote the music for this tune- and a brilliant orchestration by Andrew Powell, the man behind the strings in the Alan Parsons Project. Featuring a cello soli and spectacular acoustic and electric guitar works, this one is the main reason you should buy this album now.
Year of the Cat is the kind of record you want to keep living in your CD player. To listen it on vinyl is a greater pleasure, indeed.
Al on your Stereo: